viernes, 11 de septiembre de 2015

Vuelven los bancos grandes

Mark Roe; El mes pasado, el Congreso de los Estados Unidos sucumbió a las presiones de Citigroup y revocó una disposición fundamental de la Ley Dodd-Frank de Protección del Consumidor y Reforma de Wall Street, de 2010, que prohíbe a los bancos comerciar con derivados. El objetivo de esta ley era prevenir otra crisis financiera como la de 2007-2008; la revocación reduce sus posibilidades de éxito. Los derivados son contratos que deben su valor a los cambios en un mercado, como por ejemplo, los de los tipos de interés, tipos de cambio o precios de productos básicos. Los bancos pueden usarlos para cubrirse contra el riesgo: por ejemplo, velando porque los productores de petróleo a los que concedan préstamos mantengan sus precios actuales para sus productos mediante contratos de derivados que los protejan a ellos y al banco contra la inestabilidad de los precios, siendo más probable que el prestatario pueda saldar su préstamo, aun cuando el precio de su producto baje. Pero también se pueden utilizar los derivados para fines especulativos, permitiendo a los bancos un riesgo excesivo. La norma Dodd-Frank habría requerido que la mayoría de las actividades de comercialización de derivados se diese fuera de los bancos asegurados por el Estado. Si un banco quiebra, el Estado respalda la mayoría de los depósitos. No garantiza oficialmente nada más, pero por lo general resulta más fácil y más rápido rescatar todo el banco, incluidos sus derivados. Sin embargo, si estos dejan de formar parte del banco garantizado, el Estado podría rescatar más fácilmente un banco y dejar que la filial encargada de los derivados se las arreglara por su cuenta. Esa indemnización secreta por parte del Estado para los bancos mayores socava la estabilidad financiera. Si un banco grande suspende el pago de sus derivados, los bancos con los que haya negociado podrían quebrar también. Si varios bancos grandes e interconectados que negocien derivados se desploman simultáneamente, el sistema financiero podría quedar paralizado, perjudicando a la economía real... una vez más. EN: Expreso, Año 43 N° 15187 (5 feb. 2015, p. 9 COMENTARIOS EDITORIALES - [DEUDA EXTERNA - GRECIA]

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