martes, 1 de enero de 2013

PERDIDA DE 24 MILLONES POR PARA DE SAN FRANCISCO

La central hidroeléctrica San Francisco está llena de fallas. El ministro de Electricidad, Miguel Calahorrano, inspeccionó el lunes los trabajos de reparación de la planta paralizada. El recorrido comienza a las 16:00 en la boca de la cámara de interconexión. El secretario de Estado, sus colaboradores y los periodistas se equipan para entrar al túnel. El casco blanco, un arnés naranja y las botas amarillas son obligatorios por norma de seguridad industrial. El jefe de obra de la constructora Odebrecht advierte que hay que caminar en grupo, "que a nadie se le ocurra desprenderse, puede ser mortal". El agua llega casi a las rodillas en los sitios donde hay baches. Cien metros hacia el fondo aparece la rampa de acceso al túnel de conducción. El río Pastaza brama en la oscuridad y a la derecha surge un haz de luz que muestra el camino. Una gruesa gotera moja los cascos y las paredes de roca lanzan un ruido ensordecedor. Son los robots y las motobombas que realizan la limpieza del túnel de 13 kilómetros de longitud. En las partes limpias se divisan las fisuras y los huecos. Una de las mangueras apunta al techo de seis metros de altura, donde se ven las huellas de los penachos desprendidos. Cuando el túnel está lleno, el agua sale a la superficie en ciertos sitios y cae a manera de cascada por las peñas. El Ministro y los técnicos avanzan hacia la ventana N° 1, copando los ocho metros de ancho. Los chorros de agua que se filtran por las piedras aplacan el sudor y el cansancio. "Estas son las fallas que vamos a corregir", dice un técnico. Para hacer las reparaciones Odebrecht contrató a 300 obreros que trabajan las 24 horas, en tres turnos de ocho horas. La reparación dirigida por técnicos brasileños durará 4 meses. Al morir la tarde, se dan los datos para finalizar la inspección: El país perderá $ 6 millones por mes, unos $ 200.000 diarios, por costos de generación térmica y compra de energía para reemplazar a los 212 megavatios de la central San Francisco. Expreso, 17 nov. 2010, p. 4

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