viernes, 27 de abril de 2012

¿NACIONALIZACIÓN DE LA BANCA? / Carmigniani, Eduardo

La Mesa 7 de la Asamblea Constituyente aprobó un proyecto de artículo constitucional que califica a las actividades financieras como "servicio público delegable" ¿Otra novelería meramente terminológica? ¿O caballo de Troya para nacionalizar a la banca? ¿Novelería o hipocresía? Yo creo lo segundo, pero todavía hay tiempo para alertar a la ciudadanía que no puede permitir que en el Pleno de la Asamblea se apruebe semejante perla. Y es que, si bien no hay duda de que en la actividad bancaria está envuelto no solo el mero interés privado de accionistas o demandantes de crédito sino fundamentalmente el interés público, pues ahí se maneja el dinero de los depositantes. Una cosa es estar conectado con "intereses" públicos y otra muy pero muy distinta prestar un "servicio" público. La cuestión no es de palabras solamente. Más allá de matices o discusiones doctrinarias, puede decirse, puesto en simple, que el servicio público es aquel que tiene a su cargo el Estado para satisfacer una necesidad pública, más allá de que su prestación pueda ser concesionada a privados, como sucede en el campo de las telecomunicaciones, agua potable, vialidad, fuerza eléctrica. Feo indicio entonces esto de que las actividades financieras pasarían a ser servicios públicos que el Estado puede "delegar" a la iniciativa privada,pues ello implicaría que el Estado se reserva su prestación, más allá de que la tal "delegación" sería temporal, diametral diferencia con el sistema actual, en el que si bien los bancos requieren autorización estatal para operar y están sujetos a permanentes controles, su actuación en el mercado no depende de que el Estado decida en algún momento concederles la prestación del servicio, o peor, renovarla o no a quienes ya están operando. Expreso, 30 mayo 2008, p. 4

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