La problemática de la distribución y el desabastecimiento periódico del Gas Licuado de Petróleo (GLP) o gas doméstico no se limita solo a grandes ciudades como Quito, Guayaquil o Cuenca. Las parroquias rurales sufren de similares distorsiones en la comercialización como la limitación de cupos, períodos de escasez y precios superiores al oficial, debido a los bajos márgenes de ganancia de los distribuidores. El Comercio, 15 de julio 2013, p. 6
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